Los nutriólogos siempre nos dicen que tenemos que comer 5 veces al día, y muchas veces por el estilo de vida que llegamos no nos es posible completar esta meta diaria, muchas veces no podemos ni hacer las 3 comidas básicas; sin embargo los expertos nos siguen diciendo el número mágico: 5 comidas, no más, no menos. Pero ¿por qué es tanta la insistencia? Lo que sucede, es que no debemos tener largos periodos de ayuno, que consisten en pasar más de 6 horas sin comer. Si se pasa este plazo, las funciones normales de nuestro cuerpo se van a ver alteradas, específicamente los procesos metabólicos internos y la regulación del hambre y saciedad.
Hay diferentes grados de ayuno, conocidos como: periodo posprandial que va de 0 a 6 horas después de consumir alimentos, ayuno de corta duración que es de 3 5 días sin consumir alimentos, y por último el ayuno prolongado, que va de 5 a 7 días o más sin probar bocado.
En el periodo posprandial la principal fuente de energía es la glucosa, especialmente la que se acumula en forma de glucógeno en el hígado, en segundo lugar la proteína en los músculos, y por último la grasa corporal. La glucosa la energía principal en nuestro cuerpo en todo momento, es lo que permite que el sistema nervioso funcione con normalidad. Es muy fácil entrar en este periodo en las noches puesto que se pasan más de 6 horas de que se cena hasta que se desayuna. Es por esto que no se recomienda evitar desayunar, ya que una vez que se terminan la reserva de glucógeno se empieza a consumir el músculo. Y la pérdida de masa muscular es algo muy serio ya que perdemos fuerza, aumentamos en grasa, es un riesgo de desnutrición y disminuye el gasto energético de nuestro cuerpo. Sin contar que para la siguiente comida que se haga vamos a tener más hambre, vamos a comer más de lo que necesitamos y esos alimentos se van a acumular en forma de grasa en nuestro cuerpo.
Todo esto sucede cada que pasamos una cantidad mayor de 6 horas sin comer, es por esto que los expertos han desarrollado las recomendaciones perfectas para evitar entrar en este estado de ayuno, y es comer 5 veces al día. Lo mejor sería hacer el desayuno y la cena bien servidas, que la comida sea el plato fuerte, y dos colaciones (una a media mañana y una en la tarde) ligeras. Es importante que estas entre comidas sean ricas en fibra, para ayudar a regular la saciedad y evitar que se tenga tanta hambre en la siguiente comida; ejemplos de esas colaciones podrían ser una fruta y unas cuantas nueces, o un yogurt griego con trozos de fruta.