Un alimento genéticamente modificado (AGM) se puede definir como aquel que tiene alterado su material genético de una manera que no puede ocurrir de una manera natural. Esto permite un gen individual pueda transferirse de un organismo a otro, inclusive de especies que no tienen relación, para lograr un beneficio. La primera cosecha genéticamente modificada fue diseñada por una compañía de California llamada Calgene en 1994, sin embargo fue muy cara a la venta por lo que no tuvo éxito. Desde entonces se han desarrollado más avances tecnológicos que han permitido producir los AGM a un precio mucho más accesible.
En un principio fueron creados para el beneficio de la industria alimentaria, ya que les permitía una mayor resistencia a las plagas, tolerancia a herbicidas y vida de almacén, sin poner en riesgo la seguridad de los consumidores. Posteriormente se empezaron a desarrollar para poder obtener un mayor beneficio nutrimental a un menor costo. A pesar de que existe mucha información acerca de los AGM, todavía hay muchas dudas al respecto, siendo una de las primeras si son verdaderamente seguros para su consumo, la respuesta es que si. Todos ellos pasan por un proceso exhaustivo de prueba donde se determina si producen alguna alergia o reacción adversa en el organismo antes de salir al mercado. El proceso se lleva a cabo en 6 etapas:
- Efectos directos en la salud
- Potencial para provocar una reacción alérgica
- Componentes específicos que tienen propiedades nutricionales o tóxicas
- Estabilidad del gen insertado
- Efectos nutricionales asociados con la modificación genética
- Cualquier efecto no intencionado que podría resultar de la inserción del gen
Si se pasa todas estas pruebas, significa que son seguros para el consumo, por lo que están listas para llegar a los estantes del supermercado. Y por si fuera poco revisemos con las autoridades en la materia. La Organización Mundial de la Salud emitió una opinión al respecto donde especifica que “No se han demostrado ningún efecto en la salud humana por el consumo de comidas genéticamente modificada en la población general de los países que los han aprobado”, por lo tanto podemos concluir que no hay ninguna evidencia sobre sus supuestos efectos nocivos para la salud.
Sin embargo, aquí hay algunas preguntas frecuentes:
¿Cómo pueden ser seguros los AGM si no son naturales?
Primero quiero establecer que no por que algo sea natural significa que es seguro o saludable. Tomemos por ejemplo el ántrax, es natural sin embargo no es seguro. En el caso de la comida, la modificación genética no es algo nuevo, lleva ocurriendo alrededor de 10,000 años a través de diferentes técnicas. Los procedimientos actuales son altamente revisados para asegurar la mayor calidad e inocuidad de los alimentos que los llevan. Sin embargo los alimentos tradicionales simplemente se asume que son seguros para el consumo y no se les hace tantas pruebas como a estos.
¿Los AGM causan resistencia a los antibióticos?
No, los antibióticos nunca han sido utilizados en las cosechas genéticamente modificadas. Sin embargo se han utilizado genes resistentes a ciertos antibióticos, pero no los mismos. No hay evidencia de que el consumo de AGM transmita los genes modificados al individuo que los consume, por lo que las probabilidades de que esto suceda son prácticamente nulas.
¿Qué papel tienen los AGM en desarrollo de déficit de atención en niños (ADHD)?
Por la manera en que se podrían pasar los genes, no existe evidencia científica que relacione el consumo de AGM y el desarrollo de ADHD. Los expertos sugieren que el aumento de casos se debe a que ahora existe una mayor conciencia al respecto y se realizan más pruebas diagnósticas.
Los AGM son perfectamente seguros para cultivar y consumir, no fueron creados con otro propósito más que el de buscar mejorar los alimentos preexistentes. Sin embargo es una cuestión de preferencias, si prefieres evitar su consumo no estas obligado a comprarlos. Por el otro lado, si quisieras probarlos, ten la certeza de que estás poniendo en tu mesa un producto de calidad para ti y tu familia.
Bibliografía
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