Desorden por atracón

Todos en algún momento hemos llegado a comer más de lo que necesitamos, algunos le llaman gula, otros antojo, pero ¿cuál es la diferencia entre esto y un atracón? Y principalmente, ¿cómo podemos identificar cuando estas conductas “inofensivas” se convierten en un desorden alimenticio? La línea es delgada, sin embargo sigue siendo fácil de identificar si se buscan los criterios correctos.

Según el DSM-V el desorden por atracón, o binge eating, es una enfermedad compulsiva que se caracteriza por comer grandes cantidades de comida, mayores a las que una persona en condiciones normales lo haría, en un corto periodo de tiempo, y por lo general son a escondidas. Normalmente se consumen de 2000 a 5000 kcal en un periodo igual o menor a dos horas, y se necesita que suceda una vez por semana durante 3 meses para considerarlo un trastorno alimenticio. De la misma manera estos episodios se acompañan de una sensación de pérdida de control sobre uno mismo y la situación, lo que contribuye a la parte compulsiva del trastorno.

Es muy importante mencionar que en este tipo de desorden no existen mecanismos compensatorios por los episodios como la purga. Sin embargo si existen sentimientos de culpa, depresión o disgusto consigo mismo después de cada episodio, así como ansiedad y vergüenza.

Se clasifica su severidad según el número de episodios que ocurran en una semana:

• Leve: 1 a 3 atracones por semana
• Moderado: 4 a 7
• Severo: 8 a 13
• Extremo: 14 o más

Es importante que quienes padecen esta enfermedad acudan con un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud que incluyan nutriólogos, psicólogos y un médico tratante dependiendo de la condición en que se encuentren. El tratamiento médico y nutricio no tendrá el mismo efecto sin apoyo del equipo de psicología o de un psiquiatra, ya que es necesario para entrar en remisión identificar el trasfondo del desorden más que solamente tratar los síntomas.