Causas desconocidas de la obesidad

Hoy vamos a hablar sobre causas no tan conocidas que nos pueden estar afectando para no tener nuestra figura ideal. La obesidad se define como un aumento del tejido adiposo, o grasa corporal, y se manifiesta una alteración de las funciones bioquímicas y endocrinas de dicho tejido, cuyas consecuencias a largo plazo se manifiestan en un aumento de enfermedades crónicas. Se sabe que un desequilibrio en la ingesta de alimento, que es energía, y el gasto de la misma la provoca. Este desequilibrio es causado por factores genéticos, psicológicos, sociales, conductuales, celulares, metabólicos y moleculares. También existen diferencias individuales que aún ante circunstancias similares, algunas personas desarrollan obesidad y otras no.

Los factores moleculares, celulares y genéticos influyen de un 40 a 70% en el desarrollo de obesidad, siempre y cuando si se cuenta con el ambiente y estilo de vida adecuado. Existen mutaciones genéticas que propician algo llamado “obesidad sindrómica”, esto significa que la obesidad es parte de un cuadro clínico de un síndrome genético preexistente por ejemplo Síndrome de Prader-Willi, Síndrome Down, Síndrome de Cohen y Síndrome de ovario poliquístico, entre otros; en la actualidad se conocen cerca de 30 síndromes responsables de desarrollarla.

Las alteraciones neuroendócrinas también tienen un papel muy importante en el desarrollo de obesidad, esto significa que las señales químicas (hormonas) y eléctricas (neurotransmisores) que envían mensajes en nuestro cuerpo no están funcionando como deberían. Esto va a provocar un desequilibrio en la homeostasis, o balance, nutricional, causando que los procesos normales relacionados con la asimilación de nutrientes al comer esté alterado. Por ejemplo, se va a permitir una distribución y llenado de los depósitos de glucógeno en el hígado y músculo, y un depósito de triglicéridos en el interior de las células del tejido graso una vez que se termine de comer. Este desbalance va a causar que se tenga un exceso de apetito y muy poca saciedad cuando se consuman alimentos.

A su vez el ambiente y estilo de vida va a causar obesidad en cierta medida, por ejemplo si el contexto sociofamiliar de la persona no le permite llevar una alimentación adecuada o una vida activa, es mucho más probable que acumule más tejido graso. Sin embargo es algo un poco más complicado, si la madre no se alimentó adecuadamente en el embarazo y el niño nació con bajo peso, o si la madre se sobrealimentó y el niño nació con muy alto peso, va a predestinar a ese niño a ser obeso en la vida adulta. La alimentación mediante la lactancia también va a influenciar, pero de una manera positiva, para evitar la obesidad; los niños amamantados van a tener un factor protector, y los que casi no fueron amamantados o todo el tiempo fueron alimentados con fórmula van a ser más vulnerables.

Por último, existen fármacos que se toman con regularidad que pueden causar obesidad, por ejemplo los medicamentos utilizados para tratar enfermedades autoinmunes aumentan los niveles de grasa en sangre, lo que aumenta la cantidad de azúcar en sangre también. Y los medicamentos anticonvulsivos se asocian con un incremento del peso corporal, alteraciones metabólicas y endócrinas. Por último, los medicamentos psiquiátricos, para el tratamiento de la diabetes, los antihistamínicos y anticonceptivos orales, también favorecen el desarrollo de obesidad.